delectare: en latín, engatusar.





después, o antes,
hubo un estallido

la noción insuperable de algo ola, algo mar, algo muy

y no supo decir dónde estaba ni quién era ese apellido innecesario.

(a veces trata de ordenarse mentalmente)
para no cometer los mismos errores que comete mentalmente
cuando trata de ordenarse

y no hay caos, sigue siendo un caso, un circo a contramano
una murga que regala flores en los cumpleaños
y bombones en los entierros

y la gente que ama se pasa la noche al sol, esperando el diluvio o el fin del mundo
o la llegada de alguien que nunca es él

entonces revuelve calles, pedazos, escombros del planeta
que creció por dos días en medio de su melena

(y sólo eran las tres!)

la hora en que los vicios ajenos se le pegan a los propios
y juntos se dan el lujo de producir una miscelánea de grillos
que nos vuelven insomnes, movedizos, arroyo de serpientes,
mal de pocos, consuelo de nadie

solemos caernos de este alias, enfermar de ciudad y rostros y mundos

el sol astilla las muelas, y el cristal no me cree despierto

porque no siempre los salva la risa de coágulo, la consabida
excusa de diógenes
y también hay que enfrentar al que escribe seis letras
en la noche perdida

él está hecho con una sal que no se olvidó de ser azúcar

por eso, ahora mismo respira átomos del color del benceno
y se ríe mucho mas a menudo.

está lloviendo de este lado de la tristeza, donde buscamos
una punta de cielo, una luz diferente
debería ser especial pero queda esto: una maraña de letras calcinadas
bajo la garúa feliz

(pero lo importante es que ellos siguen despiertos)

Y siempre puede pasar algo peor!





***



canapés para murciélagos.

y no es el discovery channel, pero también le salen telarañas a los blogs.
pueden ser como desvanes donde dejaste cosas que tal vez estuvieron bien, en ese giro
de la manivela interestelar.

pero ahí vamos.

(suite jade)

“¿Qué somos, qué es cada uno de nosotros sino una combinatoria de experiencias, de informaciones, de lecturas, de imaginaciones? Cada vida es una enciclopedia, una biblioteca, un muestrario de estilos donde todo se puede mezclar continuamente y reordenar de todas las formas posibles”. Italo Calvino