son opiniones

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1- Florencio Randazzo agregó que “ahora es posible trabajar mirando hacia adelante sin ninguna especulación en relación con el 2011 porque falta mucho tiempo. Tenemos la obligación de consolidar lo que hemos logrado en los últimos años; ése es el desafío”. El ministro del Interior reconoció que “quedan muchísimas cosas pendientes” para resolver, como “la pobreza, los puestos de trabajo”, pero preguntó: “Sinceramente, ¿hemos hecho todo mal? Yo creo que no”.


2- Para el periodista Adrián Paenza, quien trabajó durante años en las transmisiones de T&C,
el gobierno ha hecho “algo impensable en la historia argentina. Con todos sus errores e incluso algunas cosas para avergonzarse, como el Indec, ha puesto en la agenda cotidiana temas como
el campo, las Fuerzas Armadas, los derechos humanos, el rol de las privatizaciones, la ciencia
y ahora también Clarín y el fútbol. Creo que ni ellos pueden medir la trascendencia de todo esto”.


3- Más derechos, mejor ciudadanía: El primer peronismo, como el kirchnerismo, tuvo su edad
de oro en sus primeros años. El economista Enrique Silberstein arriesgaba que la perduración
del justicialismo en los ’70 se debía a las medidas tomadas en el ’44 y el ’45.
A diferencia del kirchnerismo, el peronismo no se confinó a mejorar la condición obrera en materia económica. Fue promotor de un amplio abanico de nuevos derechos, predominantemente laborales: la indemnización por despido incausado, las vacaciones pagas,
la tutela sindical, la cobertura médico asistencial. Los hubo también de otro pelaje: se consagraron equitativos derechos de los hijos extramatrimoniales, de las mujeres en la esfera privada. En la pública, se impuso el voto femenino. Se corrió, con provecho, la frontera de la ciudadanía con normas generales.

Las conquistas laborales, que eso son los derechos cuando se plasman, fueron atacadas en numerosas oportunidades, con especial saña y éxito durante la dictadura, el menemismo
y el gobierno aliancista. Jamás fueron revocadas del todo, no es fácil abolir un derecho establecido en la Argentina.

Un nuevo derecho universal atenuaría, modestamente, la falta de innovaciones de ese calibre
en más de medio siglo. El ingreso ciudadano procura garantizar a cada persona los derechos constitucionales, preservándola (así sea en parte) de las inequidades del mercado capitalista.
Se supone que todos quienes habitan suelo argentino tienen un conjunto de derechos, pero
no acceden a ellos sin sustento material. El ingreso universal los mune de una base material, inherente a su dignidad mínima.

En otros países, en general dotados de un robusto plexo de derechos como Alemania o Francia,
se piensa el subsidio mínimo como un atributo de cualquier persona, el discurrir de la discusión pública en nuestro país cristalizó la potestad en cabeza de los menores. Son, al fin y al cabo,
el eslabón más débil de la sociedad. Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social de la nación y ex ministro del ramo de Buenos Aires, sabe repetir un diagnóstico cruel: los jóvenes bonaerenses duplican las crueles marcas generales de desempleo y pobreza. Cuatrocientos mil
de ellos no trabajan ni van a la escuela de modo regular.

Es costumbre decir que los padres (las madres, como regla) deberían cobrar el ingreso mensual prometiendo contraprestaciones en materia educativa y sanitaria. Es un criterio poco serio y aun odioso. Tener hijos es la condición para acceder al ingreso, el compromiso de escolarizar y cuidar es un deber inherente a la patria potestad pero no debe ser contrapartida de un derecho intocable. El sistema educativo o el Estado deben ocuparse de los (irrisorios en su magnitud) incumplimientos pero no abolir un beneficio que se consigue por la pura portación del DNI.

(extracto)
Mario Wainfeld


Y una pregunta

Los partidarios de Felipe Solá
son el solipsismo?

2 comentarios:

((Cioran el pirata)) dijo...

Adrián Paenza tiene una enorme facilidad para los números…lo cual no lo convierte en un ser frió y calculador…yo le daría 4 o 5 calculadoras científicas y lo pondría a cargo del INDEC.

lucas dijo...

Mi misión es matar el tiempo, y la del tiempo, matarme a la vez.
Qué cómodo se encuentra uno entre asesinos...

emile, compartimos el título del post. y algunas frases que no olvidaré.
paenza me cae mejor cientista que periodista... suma
gracias por pasar, hasta luego