
es obra de mauricio ochoa, un joven pintor de mi ciudad que en un obvio rapto de locura prestó su estilo para la piel del libro. el prólogo pertenece a mónica claus, escritora y amiga que me enseñó a caminar sobre el fárrago de palabras. el resto corresponde a la capitalina editorial dunken.
poco más. . . el autor es un mistificador que gusta de reír en público.
poco más. . . el autor es un mistificador que gusta de reír en público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario