ahora

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Por-ci-no quedare claro, algunos de mis posteos se deducen de un blog en particular, el del periodista Orlando Barone.

Si hay tiempo, tal vez resulte productivo pasar por allí.

En realidad, las personas que postean repetitivamente me despiertan una velada sospecha. Toda la relación hombre-máquina, ahora mismo, es un universo a tratar... psiquiátricamente hablando.

Composición, tema, la nueva droga: la autoexposición.

El facebook es otro fenómeno, si se quiere más frívolo que el blog,
pero no por eso menos rotundo.

Qué le pasa al humanito?

Cuáles son los límites de esta (cyber) idiotización permanente?



Me disculpo, pero no sobran los motivos optimistas.


Algún gesto aislado nos reconoce como humanos, en la multitud. Y pasó.
Y son tantos los otros gestos, y tanto hay que templar
ese músculo que llamamos corazón,
y además hay que vivir...

Dan ganas de que lleguen por fin los mar-x-ianos, por lo menos para comparar!
Ese comportamiento tan humano.
Ahora, domesticado a creer lo que ve en una pantalla.

A parecerse a una publicidad.

A endiosar o crucificar a simples humanitos, que tuvieron suertes
muy dispares en este rato que llamamos vida.


Cuánto despilfarro de energía!


Harán falta, entonces, sitios donde elongar ese músculo que llamamos cerebro,
y entrenar la objetividad como quien enfoca las lentes de una cámara.

Dan ganas de que llegue de una vez ese tiempo
en que tengamos que levantarnos de nuestras sillas para correr
por algo más duradero que el dinero.

Y siempre

siempre volver a contar un cuento

para repetir los mismos viejos rituales con diferentes elementos.



salud!

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